El miércoles 29 fuimos al huerto y cogimos tomates y judías. Las judías las sorteamos y Andrés se las llevó a casa, los tomates los guardamos para comer en el almuerzo.
El jueves, el tomate que estaba más verde se había vuelto rojo y decidimos prepararlo para saborear.
Tenia un tacto suave y estaba duro.
Su vista era estupenda, estaba diciendo ¡cómeme, cómeme!
Su olor era a tomate fresco
Y su sabor fue lo mejor, estaba riquísimo. Nos gustó a todos.
Daniel y Nadia